Rucolandia

Me da un sentimiento entre ternura y lástima cuando veo a los viejitos hacerse garras por comprar Jockey Club de lavanda, maderas o vetiver; o Wildroot, o pomada de la Campana. Más ternulástima me da cuando están remilgando que los artistas modernos como Rocío Durcal tocan música de hippies y que pa voces nadie como Ma. Luisa Landín o Mario Lanza. Entretanto, por otro lado anda un equivalente de Disco Stu que conozco que desde que Paulo VI era papa lo recuerdo con el mismo traje leisure a la Jorge Rivero.
Para colmo, 'ora un amigo mio, he descubierto que no oye más música que Poison y Iron Maiden quesque orque ésa música sí era buena y no las porquerías que hoy toca la radio. ¡Rucolandia! ¡Ya chole! Por algo eso ya pasó de moda. Todo ese mugrero de Sergio Valente, Jordache, O.P., Sergio Tacchini, ellesse, etc., no en balde ya es historia, y en sí son parcialmente responsables del declive en calidad de telas y diseños en marcas posteriores como Perry Ellis, Tommy, etc., en pos de un móndrigo logotipo comercial. Por eso, a Dios le pido que yo no llegue a viejo, y si llego, no quiero andar causando pena con jales retro.
Además, suena absurdo que la Gen. X idealice el pasado, cuando nuestro pasado es uno de pura crisis, devaluacion, libfros chafos, carestía, y mucha mas corrupcion que la actual. Es todo.